jueves, 24 de agosto de 2017

CALUROSO DESFILE
En Fermoselle, el miércoles de toros se respira la fiesta de manera especial; no en vano es el día en que se da el pistoletazo de partida hacia los festejos más importantes de este San Agustín 17. A las 11 de la noche se produce la concentración de las numerosas pandas fermosellanas en la plaza mayor en la que se respira un ambiente propio de un acontecimiento de interés general, ni más ni menos, que el Desfile de Peñas. 
El colorido de uniformes, los cánticos de gargantas ya destempladas, las charangas, los carritos con bebidas, las pancartas  y el ruido ensordecedor de tanta gente allí apiñada y bailando al son del ritmo indescriptible del entorno, daban un tinte al “coso maderil” irreconocible para propios y extraños.
Pero es el arranque esperado durante todo el año. Todo lo que esté relacionado con el jolgorio se admite durante la hora larga que dura el desfile. El recorrido por las principales calles del pueblo se encuentra con gentes que, aunque no desfilan, apoyan con sus aplausos y sus vítores a los sudorosos participantes. Es la noche del ensueño para todo los fermosellanos.

Desde la balconada de la Casa Consistorial el alcalde en funciones saluda a todos los vecinos en nombre del alcalde titular que se encuentra de baja a causa de un problema de salud (desde aquí le deseamos una pronta recuperación). Después de los correspondientes vivas a San Agustín, patrón de los festejos, coreados por todos los asistentes a la macrofiesta y al grito de “que se inicie el desfile” todo parece convertirse en un caos organizado. 
Se sale de la plaza para tomar la calle del Maestro Isidro Cabezas. Nuestra peña lo hace la penúltima acompañada por: el pulijón con su llama y su olor a pellejo  perceptible a lo lejos, la pancarta que se confecciona cada año, la agrupación de niños, la charanga “CUCU Band” de Medina del Campo (magníficos estos chicos que un año más  repite con el Pulijón) y el resto de los componentes se dirigen hacia la Plaza Vieja en perfecto orden. 
Alguna otra panda avanza junto al Pulijón para seguir también los ritmos de la charanga. El Seco y la Plaza de las Eras será el primer parón de descanso. La tea del Pulijón, gallardamente portada por un Tarabilla, necesita combustible, aprovechando esta ocasión para reforzar el fuego. Seguimos hacia las Cuatro Calles para llegar a la plaza de Santa Colomba. Aquí la parada es algo más larga para refrescar a músicos y peñistas de cara al recorrido final. 
Ahora, calle abajo se pasa bajo el Arco, repleto de niños que esperan el I Encierro Infantil con novillos simulados para llegar al domicilio social del Pulijón dando por concluido el desfile al ser materialmente imposible llegar a la plaza donde se había programado una discomóvil (no hay dinero para orquestas, suponemos) a media hora de iniciarse el desfile (se nota que los organizadores no participan en este evento y no tienen ni idea en lo que consiste, lo que se disfruta y el tiempo que lleva en hacer el recorrido). Pero nos hemos divertido a la vez que nos  sentido muy felices, una vez más, llevando el encanto festivo por excelencia a calles que durante el año rebosan de tranquilidad.

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