jueves, 29 de junio de 2017

UN RAYO DE LUZ
Siguiendo hace unos días la eucaristía desde el lado derecho de la nave central de la iglesia parroquial de la Asunción de Fermoselle me llamó la atención algo singular que se producía ante mis ojos; en una de las columnas en las que se apoya uno de los tres arcos góticos volteados en la época de los Reyes Católicos, y en la parte de conjunción entre el fuste y la basa, un rayo de luz iluminaba sobremanera esa zona. 
Aunque nada tiene que ver y salvando las diferencias, en ese momento recordé el fenómeno que se produce en las iglesias de San Juan de Ortega (Burgos) y Santa Marta de Tera (Zamora), conocido como “milagro de la luz” y que es producido por la “luz equinoccial” que penetrando por uno de los ventanales ilumina uno de los capiteles. 
En el caso de Fermoselle y buscando su procedencia, el rayo de luz se cuela por la vidriera ubicada en el hastial de la fachada oeste dando de lleno en el punto anteriormente reseñado. Si consideramos que la iluminación de la parroquial no es tan potente como para eliminar las zonas más sombrías, ello nos permite disfrutar de ese resplandor que incide en la columna. Pasados unos instantes, el efecto se diluyó inevitablemente debido al movimiento de rotación de nuestro planeta.

Soy consciente de que esta “experiencia” carece de valor para los lectores, no así para el protagonista, pues para disfrutar de esa sensación lumínica hay que coincidir en el tiempo y en el espacio exacto, algo que no ocurre todos los días.

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