martes, 18 de agosto de 2015

DOS VÍRGENES Y DOS FESTIVIDADES
Virgen de la Asunción
Las gentes de Fermoselle centran sus vivencias religiosas en torno a  dos mujeres, dos vírgenes que suscitan el amor y la pasión de todos aquellos que han nacido o han compartido días en este terruño arribeño en el oeste zamorano. Una es la Virgen de la Asunción y la otra la Virgen de la Bandera. Ambas, consideradas abogadas y protectoras de los fermosellanos, entre los que se incluyen muchos no creyentes, son loadas en todos sus  hogares repartidos por el suelo patrio y más allá de nuestras fronteras. Conocemos a muchos de nuestros paisanos que portan en sus carteras una imagen de la Virgen de la Bandera y que se acogen a ella para pedirle un favor, para darle gracias e incluso para solicitarle  perdón.
Sus festividades coinciden con las fiestas patronales de Fermoselle: la de la Asunción el 15 de agosto y la de la Bandera el 8 de septiembre (aunque durante las fiestas se “baja” a la parroquia). Este año se han celebrado de manera consecutiva.
Ofertorio
El 15 de agosto, en un templo a rebosar, se ofició la eucaristía por el párroco D. Isaac y presidida por el equipo de gobierno. A la hora del ofertorio y como es tradicional, un grupo de jóvenes ataviadas con su vestimenta tradicional y al son de los compases marcados por el tamborilero danzaron desde la parte  posterior hasta el altar el RAMO, baile de ofrendas típico en la comarca sayaguesa. Los asistentes lo agradecieron con aplausos. Durante la homilía, el oficiante tuvo hermosas palabras y reflexiones dirigidas a la persona de la Virgen y su función como Madre terrena y celestial.
Finalizada la misa se inició la procesión con la imagen de la virgen portada por las danzantes hasta la Plaza Mayor para realizar el OFERTORIO. Allí, una interminable hilera de gentes de todas las edades, describiendo el círculo que marcan las talanqueras, desfilaron ante la virgen, vestida con su atuendo de gala, depositando su ofrenda, a la vez que se besaban su medalla. Antes de iniciar el regreso al templo las jóvenes danzantes interpretaron magníficamente la “Jota de Fermoselle”. Acto seguido la comitiva se dirigió a la parroquial de la que es titular la Virgen de la Asunción y desde donde preside durante todo el año todos los oficios religiosos al estar situada en el presbiterio.

Virgen de la Bandera y San Agustín
El 16 de agosto, domingo, se cumplió con el traslado de la Virgen de la Bandera desde su santuario, situado en el Convento, hasta la parroquial, donde permanecerá durante el periodo que duran las fiestas patronales. A media mañana, al son de flauta y tamboril, se inicia la procesión con el patrón de las fiestas San Agustín portado por los componentes de la peña “El Pote”. Acompañados por los mayordomos de la Virgen, las autoridades civiles y el pueblo en general suben la Cuesta de San Juan hasta el Santuario de la Virgen que amamanta a su hijo. La explanada del convento repleta de fieles permanece expectante hasta que aparece la imagen de la “Madre de todos los Fermosellanos” portada en andas por cuatro jóvenes del pueblo. Con la Cruz procesional, estandartes, mayordomos de la Bandera, autoridades, mayordomos de San Agustín y romeros se dirigen hasta el centro del pueblo, donde se encuentra el templo parroquial. Entre cánticos religiosos y sones de tamboril se realiza la marcha con gran solemnidad y silencio que respetan escrupulosamente todos los participantes. Ya en la iglesia, continúa la eucaristía seguida con devoción por numerosos fermosellanos fieles a sus tradiciones religiosas. 


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