viernes, 24 de julio de 2015

LO PRIMERO, LA PLAZA
“Para evitar que nos pille el toro” es lo que nos decía José “Tarabilla”, componente de nuestra peña, el pasado día 20, momento en el que iniciaba la construcción de la plaza de madera como “director” del ensamblaje de las miles de piezas que la conforman. Y con el dicho “para evitar que nos pille el toro” se refería, de forma figurada, a que es preferible comenzar pronto para no andar a prisa y corriendo a última hora; y también indicaba, en sentido real, que el objetivo de la plaza es evitar que los novillos y vaquillas que correrán por las calles de Fermoselle en las próximas fiestas agosteñas no produzcan alguna desgracia al llegar al coso taurino.
La verdad es que la construcción de esta “obra arquitectónica sin arquitecto” no está al alcance de cualquiera.  Hay que tener una cabeza bien amueblada para saber cuáles son las primeras piezas que se deben colocar y así sucesivamente hasta llegar a la última sin que sobre o falte alguna. José, miembro de una de las familias de carpinteros que siempre se dedicaron al montaje de la plaza y primo del actual propietario de la madera, colaboró de forma activa, en sus años más jóvenes, en esta obra arquitectónica que es la admiración de cuantos, durante estos días, pasan por la localidad follaca. Desde hace cuatro años ha recuperado esa afición y de forma totalmente desinteresada se ha puesto a la cabeza de la brigada de obreros proporcionados por el ayuntamiento. 
Él, sin necesidad de planos, sabe qué talanquera es la adecuada a cada lugar, dónde hay que apuntalar cada tablón, los puntos donde conviene reforzar la seguridad, el calibre de cada punta o tornillo de sujeción, las diferentes cerchas a repartir milimétricamente repartidas siguiendo la línea poligonal que delimita la Plaza Mayor. El "Tarabilla", finalizada esta obra de ingeniería estructural, acompañará al arquitecto oficial quien revisará con detalle todo el andamiaje y se encargará de dar el visto bueno para que desempeñe su objetivo.
Esta antiquísima plaza, que ha sufrido numerosos cambios en su estructura para dar más comodidad y seguridad a los usuarios, no solo acoge a los aficionados y amantes de los festejos taurinos (principalmente en los encierros), sino que en uno de sus anejos se encuentran los chiqueros o toriles donde permanecen los animales hasta ser trasladados a la plaza de toros metálica, donde se desarrollan las dos novilladas y la corrida de rejones.
Además, en esta misma plaza, se ejecutan prácticamente todos los eventos que conformas las fiestas patronales: verbenas, concursos, deporte, juegos, folclore, etc. En ella se reúnen las peñas para el desfile inaugural, aquí de da el pregón de fiestas, se realiza el ofertorio a la Virgen de la Asunción,  las gentes disfrutan de las amplias terrazas hasta la madrugada, en definitiva, es el epicentro de la villa arribeña…y lo más típico e íntimo, no hay fermosellano que se precie que no suba a los tendidos en horas de asueto para disfrutar de la paz que produce el contemplar desde lo alto el aspecto de este recinto, auténtico e inigualable templo festivo. Y si se eligen las horas nocturnas el estrés cotidiano desaparece, se purifica el espíritu recobrando nuevas energías para continuar un día más.

José "Tarabilla" junto a un grupo de operarios anclan madera con madera para “evitar que nos pille el toro”. Ya queda menos. Esta maravilla nos espera. No faltéis.

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