martes, 26 de mayo de 2015

¡VIVA SANTA CRUZ!
Si hay un día especialmente esperado por los fermosellanos, ese es el Lunes de Pentecostés. Día catalogado como fiesta local junto al de la Virgen de la Bandera, el 8 de septiembre ¿Motivo? La celebración de la romería del Cristo del Pino o de Santa Cruz. Esta ermita que se sitúa a unos dos kilómetros del centro urbano, en un paraje de extraordinaria belleza y desde el que se puede contemplar unas vistas espectaculares del arribanzo y del caserío de Fermoselle, recibe cada año a cientos de romeros que continúan con una tradición inmemorial que se conserva tal cual se celebraba en sus orígenes.    Es una fiesta conformada por un fuerte componente religioso aderezado con una importante parte lúdico-gastronómica que se vive con intensidad por todos los participantes.
A las 10 de la mañana partió la comitiva desde la plaza mayor. La encabezaban las autoridades locales, presidida por el alcalde electo Alejandro Fermoselle, le seguían el grupo de mayordomas ataviadas con un vistoso y colorido uniforme apropiado para la ocasión y también los tamborileros de Juan de la Encina que pusieron la nota musical y como primicia presentaron una tonada con letra y música de Agustín Borges y cuyo estribillo dice:
Santa Cruz, Santa Cruz, Santa Cruz
En la ermita del Cristo del Pino
Celebramos la fiesta anual
Esta fiesta del Cristo divino.
Santa Cruz, Santa Cruz, Santa Cruz
Romería para disfrutar
“Pa” comer, beber y cantar,
“Pa” comer, beber y bailar.
A pie y soportando el fresquito de la mañana desfilaron por las calles de Fermoselle, en una primera parte, y posteriormente entre tierras de olivos y viñedos que recuerdan que seguimos en la estación primaveral. Llegados a la explanada se inicia la Santa Misa en un templo abarrotado de personas y engalanado días antes por las mujeres de la localidad. El párroco don Isaac presidió la ceremonia. En la homilía recordó el significado de esta fiesta en un día tan señalado en el tiempo litúrgico.
En el exterior cada grupo se dispuso a preparar lo típico de la mañana, es decir, el chocolate con churros y bizcochos que todo el mundo asistente toma hasta saciarse. Mientras, los romeros bailan jotas y cualquier otro ritmo que marquen los tamborileros y la charanga. No podía faltar el juego del “Corro del Chocolate” en el que una moza situada en el centro del corro con ademanes de elaborar el chocolate es preguntada repetidas veces por el pretendiente desde el exterior con este soniquete: “Señora María, ¿está hecho el chocolate?” Cuando ella responde que “sí” el mozo la persigue mientras ella zigzaguea pasando entre los vanos de quienes forman el corro con las manos entrelazadas y los brazos en alto intentando no ser alcanzada por su perseguidor.
Llega el mediodía. El ambiente se ha caldeado con el sol, que a esa hora aprieta con intensidad y los romeros, muchos de ellos bajo los “cobertizos” que les proporcionan cierto confort, se disponen a comer a base de embutido, jamón, tortillas, queso y otros productos de la zona, sin que falte el vino de los Arribes.
Queda la tarde, larga y calurosa tarde, que recibe a otros muchos romeros que no han participado por la mañana pero que llegan con ganas de fiesta. Mientras continúan los bailes, los diferentes colectivos encienden las lumbres que servirán para asar la carne regada con el “chirri” que tan sabroso sabor le proporciona a la hora de consumirla. Son muchos los kilos de costillas, panceta y chuletas las que se colocan en las parrillas para ser degustadas por cuantos se encuentran en la campa. Hay carne para todos incluidos aquellos que por alguna circunstancia no han llevado nada para compartir.

Avanza la tarde y a la puesta del sol se acerca por lo que se inician los preparativos para el regreso a la villa. Todos los romeros se apiñan en un desfile festivo e intenso que emociona a todos, participantes y espectadores, y que a “cámara lenta” se dirigen hasta la plaza mayor entre bailes y cánticos sin que falte el de “Venimos de Santa Cruz, olé, olé, de comer una merienda. De puro rica que estaba, olé, olé, no nos ha sobrado nada…” Y de esta guisa, un año más, finaliza la romería de Santa Cruz en Fermoselle.
El reportaje fotográfico corresponde a Sara.

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