sábado, 5 de julio de 2014

CENA EN EL PULIJÓN
Ante la solicitud del Sr. Alcalde en utilizar el asador del Pulijón para la cena de despedida a los “Hermanos Italianos”, ya que son unas instalaciones que conservan el sabor de antaño, nuestro presidente concedió el permiso para colaborar en una conmemoración tan novedosa en Fermoselle.
Así, una vez finalizados los actos institucionales y folclóricos se reunieron en los locales de la Peña unas ochenta personas entre los componentes de la delegación de Roccagloriosa, autoridades locales, participantes en la muestra de danza tradicional y un reducido grupo  de invitados. Con algún problemilla de luminosidad a causa de la tormenta de la noche anterior que dejó a Fermoselle sin luz durante cinco largas horas se visitaron las bodegas donde se comentó la dificultad en la construcción de estas “cuevas subterráneas”, de su fortaleza a través de los años amparadas en sus arcos graníticos y de la importancia que tuvieron para la subsistencia de los vecinos en otros tiempos aun no muy lejanos.
Con el sabor a lo tradicional se pasó a la planta del asador con las mesas pulcra y primorosamente preparadas por manos de mujer. Los productos de la tierra afloraron con una envidiable presencia. Hornazo, tortilla fermosellana, empanada casera, embutido del pueblo, queso de Fornillos…dieron gusto a los más exigentes paladares y todo ello regado con los vinos de la cooperativa de la localidad.
Para endulzar el ambiente, no faltaron los periquillos, “Il torroncino degli Sposi” (turrón típico de Roccagloriosa) y el licor café. En la sobremesa se brindó por la continuidad de este hermanamiento esperando sea fructífero para ambas comunidades.
Y tratándose de dos pueblos con una gran riqueza en la música tradicional, enseguida se iniciaron los cánticos populares de uno y otro lugar acompañados con las castañuelas, las panderetas y el tamboril. Todo el mundo se unió al coro en una noche mágica que será difícil olvidar para cuantos allí estuvimos.
Nicola, alcalde de Roccagloriosa
Pero aún faltaba algo totalmente inesperado. Al grupo de rochetanis les hubiese encantado pisar la plaza de toros, pero no hubo tiempo para ello. En el Pulijón tuvieron la ocasión de vibrar con el ambiente taurino. Para ello, El Fari, reconocido ganadero en todo Sayago, puso a disposición de los más valientes y atrevidos un par de morlacos que en un principio infundieron cierto temor. Una vez hechos al capote, fue una señorita la primera que se lanzó a la calle dando unos pases que el resto aplaudieron con cierta emoción en los rostros. De esta manera se perdió el miedo iniciándose una ronda de intervinientes, incluidos los dos alcaldes, demostrando que esto del toreo no es tan complicado ante cornúpetas tan bien amaestrados. Hubo algunos que con su propia americana en mano y  rodillas en tierra se lucieron ante el respetable.
Y aquí no acabó todo. Para nuestros “hermanos italianos” era una novedad y una inmersión en toda regla en el mundo del toro. Por ello se tomó la decisión, autorizada por la autoridad, de realizar un encierro hasta la plaza. Carreras, gritos, nerviosismo y cuantas emociones conlleva este espectáculo totalmente desconocido para la mayoría de europeos colmaron las expectativas de nuestros huéspedes.
Con cierto cansancio se llegó al final de la larga jornada. Quedaban pocas horas de sueño pues había que madrugar para tomar rumbo hacia Madrid y desde allí a sus hogares.

Os deseamos un feliz regreso y ¡Hasta la próxima!


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